Respuesta al artículo del Mariscal Philippe Pétain
La respuesta de Michel es un testimonio profundamente valioso para los legionarios extranjeros que deciden integrarse en la sociedad francesa. Para muchos, la historia de su país adoptivo comienza el mismo día que ponen un pie allí; Pétain, Agincourt… todo esto se funde con un pasado lejano que descubren gradualmente.
No todos son aficionados a la historia, pero son hombres sinceros, dispuestos a construir sus nuevas vidas a partir de las historias y emociones que comparten.
Su testimonio, tan espontáneo y auténtico, transmite una auténtica calidez humana. Nos ayuda a comprender mejor este momento histórico, tan doloroso para tantas familias francesas, y permitirá a estos nuevos ciudadanos franceses comprender mejor el alma del país que ahora es suyo.
Y para nosotros, franceses de nacimiento o simplemente franceses desde hace tiempo, nos recuerda nuestra responsabilidad: las palabras que pronunciamos, las historias que transmitimos, contribuyen a forjar la comprensión y el amor que estos futuros ciudadanos franceses sentirán por nuestro país. A través de nuestras palabras, participamos en la construcción de su identidad francesa.
Louis Pérez y Cid
Mariscal Pétain
Por Michel Gravereau
Hola Louis,
Me gustaría responder rápidamente a tu artículo publicado esta mañana sobre el Mariscal Pétain.
Nací justo después de la guerra, y durante mi infancia, escuché a mi familia, en varias casas, hablar de Pétain. El Mariscal para algunos, el colaboracionista para otros. Según si eras poderoso o indigente…
El tema era candente. Lo que siempre he recordado es que viví entre franceses comunes que sufrían bajo la ocupación alemana. Mi madre me decía a menudo: "Vimos a los alemanes marchar por el puente de piedra en Burdeos. ¿Es una tropa que encuentra resistencia?".
Lamentablemente, podríamos recordar el trágico destino de los gloriosos regimientos de la Legión, el 11.º y el 12.º REI, por nombrar solo dos. Aplastados a pesar de su valentía.
¿Dónde estaban los políticos para ofrecer resistencia?
De hecho, Louis, un hombre de 84 años, vencedor de Verdún, se vio en una posición defensiva y no pudo hacer más que firmar el armisticio.
En ese momento, nadie lo cuestionó.
El coronel Rémy, en sus memorias —¿y quién podría acusarlo de ser partidario de Vichy?—, dijo que, afortunadamente, Pétain estaba en Francia para calmar el fervor alemán, y De Gaulle estaba en Londres para organizar la Resistencia.
¿Cuántas veces he oído: "¿Qué esperaban que hiciera?". "Nadie quería el poder en ese momento". "Todos huyeron como cobardes".
Creo sinceramente que ahí reside la verdad.
Mi padre, el secretario municipal, fue tomado como rehén y obligado a proporcionar personal de servicio al ejército alemán en la Kommandantur de Blaye, Gironda. De lo contrario, era un pelotón de fusilamiento. ¿Lo acusaron de colaboracionista?
Este término, por cierto, solo se refiere, en la mente de los jóvenes de hoy, a ese período de la guerra. Me temo que abriremos una caja de Pandora si sacamos el tema. ¿Acaso cualquier país que, por la fuerza, reconocido o no, subyuga a otro país mediante su intrusión, no crea de facto colaboradores entre la población civil de ese país?
¿Cómo veía el Viet Cong a los auxiliares vietnamitas?
¿Quiere hablar de las poblaciones del norte de África, Irak o de otros lugares que, bajo presión, se vieron obligadas a "colaborar"?
Volvamos a Pétain. Mi padre coleccionaba portadas de periódicos. Durante mucho tiempo, seguí la tendencia con grandes titulares: el fin de la guerra de Indochina, el regreso de De Gaulle, el 68, el alunizaje, etc.
Entre estos periódicos estaba La Petite Gironde. Pétain había llegado a la Place du Théâtre de Burdeos, y la multitud que lo vitoreaba era tan numerosa que el artículo decía: «No se podría haber pasado ni una aguja entre la multitud». Era venerado. Era el vencedor de Verdún. ¡Pero lo extraordinario es que este acontecimiento ocurriera en marzo de 1944!
¿Cómo pudo el pueblo francés cambiar tan radicalmente en tan poco tiempo, una vez terminada la guerra? La expresión «correr en ayuda de la victoria» cobra todo su significado.
Victor Hugo escribió en L'Expiation sobre Waterloo: «La esperanza cambió de bando, la batalla cambió de alma».
Es realmente triste, pero incluso hoy podemos observar el mismo fenómeno en las elecciones. Los franceses son capaces de votar por un hombre al que despreciarán unos meses después y jurar que no votaron por él. Algo no cuadra. Somos capaces de quemar hoy lo que ayer adorábanos.
Nunca escaparemos de este ciclo porque quienes hablan de la historia no la vivieron, sino que la interpretan.
En resumen, le felicito por sacar a colación este tema aún delicado, sobre todo porque ya no tenemos personas con la edad suficiente para haber conocido a Pétain de adultos. Es importante recalcar esto con la gran campana, debemos recordar la Historia tal como fue escrita, sin distorsionarla jamás ni intentar interpretarla diciendo: "Si hubiera vivido en esa época". Nadie es capaz de hacer eso.
Aún tenemos en nuestras filas, en nuestras asociaciones, veteranos que tuvieron que alzar la voz ante momentos históricos. Lo hicieron "arriesgando sus vidas", como habría dicho el capitán Pierre Sergent. Lo hicieron porque estaban convencidos de que era lo mejor para Francia.
Historia, nada más que Historia. El resto son solo palabras.
Felicidades de nuevo por tu texto.
Michel