¿Deber de recordar o conmemoración?
Este año, nuestra asociación participó una vez más en el 83.º aniversario de los convoyes de deportación del campo de Milles a Auschwitz, presentado como un "deber de recordar".
Pero, ¿qué significa realmente esta expresión, frecuente en las ceremonias del 14 de julio, el 11 de noviembre o en Camerone?
¿Es correcto hablar de un "deber de recordar"?
Conmemoración
Una conmemoración consiste en mantener vivo el recuerdo de un acontecimiento mediante una fecha, un monumento, el nombre de una calle o una ceremonia.
Honra un episodio significativo de la historia nacional o internacional y busca unir a la comunidad en torno a una memoria compartida.
Las conmemoraciones recuerdan, celebran y transmiten.
Deber de recordar
El deber de recordar tiene un alcance diferente.
Su objetivo es prevenir el olvido colectivo y evitar la repetición de los excesos ideológicos que llevaron a la persecución. No se trata simplemente de rendir homenaje, sino de extraer una lección moral de la historia. Surgida en la década de 1990, mucho después de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, la expresión se extendió posteriormente a otras tragedias, como la esclavitud o el genocidio armenio.
Refleja una obligación moral: recordar a las víctimas para que tales tragedias no se repitan.
Para los Estados, este deber es esencial, especialmente cuando tienen alguna responsabilidad.
Contrasta con la antigua tradición de los tratados de amnistía, que imponían el olvido en nombre de la paz.
El deber de recordar, por el contrario, nos recuerda que los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles, es decir, siempre están sujetos a persecución, incluso décadas después.
Así pues, durante la ceremonia de Camerone:
¿Es un deber de recordar o simplemente una conmemoración?
Louis Pérez y Cid